El pasado 19 de septiembre, México sufrió uno de sus peores momentos con el terremoto de 7.1 que golpeó no solo a la sociedad, sino también a la economía, la cual se detuvo momentáneamente.
A pesar del miedo inicial de los mercados, los expertos estiman que la economía no solo no se echará para atrás, sino que tras el sismo coja un impulso, sobre todo por los esfuerzos de reconstrucción que ya están en marcha.
Es en este sector donde se espera un mayor crecimiento, pues se necesitan materiales de construcción, así como mano de obra para reparar los daños que dejó el terremoto.
«Habrá un impacto de muy corto plazo. En general las actividades económicas van regresando a la normalidad», dijo a la AFP Rafael Camarena, economista del Banco Santander, quien tras el sismo mantiene su estimación de 2,5% de crecimiento del PIB mexicano para este año.
Por su parte, el presidente Peña Nieto dijo que “otorgará apoyos de créditos y condiciones favorables para reactivar la economía del país”.
Estas cifras, relativamente positivas, contrastan con las del terremoto que se vivió en 1985 que dejó más de 10.000 muertos y del que costó mucho más recuperarse.
El sismo costó el 2,39% de la economía mexicana en ese momento, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En ese año, las aseguradoras privadas pagaron daños por 34.264 millones de dólares, la mayor cifra que han desembolsado hasta el momento.
El terremoto se dejó sentir principalmente en la capital y en los estados de Puebla y Morelos, que en conjunto representan el 25% de la economía mexicana. A pesar de que estos datos pueden sonar alarmantes, el conjunto de negocios que tuvo que cerrar en esa zona a raíz de los destrozos no es significante y la economía ha seguido avanzando poco a poco.
«Consideramos que la infraestructura productiva no ha resultado afectada mas que en forma marginal y muy localizada, en cambio hay afectaciones significativas en hogares e instalaciones como escuelas», dijo Banco Santander en un reporte.
Actualmente hay cerca de 9.000 millones de pesos (unos 500 millones de dólares) en un fondo de desastres creado originalmente en 1996, y se espera que el próximo año se le asignen otros 6.000 millones de pesos (331 millones de dólares).
La economía mexicana, fuertemente dependiente de Estados Unidos, creció 0,6% en el segundo trimestre, y hasta el momento el Banco de México (central), espera una expansión de entre 2 y 2,5% en todo el año.
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