1. La seguridad va primero
La restauración de muebles requiere una serie de productos químicos y herramientas que pueden llegar a ser dañinas para la salud si no se toman las precauciones adecuadas. Primero que nada, es necesario utilizar las herramientas adecuadas para el trabajo que vamos a realizar, esto te mantendrá seguro y aparte facilitará el proceso. Asegúrate de utilizar guantes de plástico, camisas de manga larga para proteger tus brazos y protección para los ojos para prevenir accidentes en caso de salpicaduras. Trabaja siempre en áreas que tengan buena ventilación, de preferencia al aire libre. Por último, recuerda que los antiguos acabados de pintura que vas a restaurar pueden contener plomo. Si crees que estarás tratando con pintura a base de plomo, usa la ventilación apropiada al momento de quitar este material o si lo crees necesario, pídele a un profesional que lo quite por ti.
2. Identifica los acabados antiguos
Antes de comenzar con cualquier restauración, es importante determinar el acabado que tiene la madera antigua. Los acabados pigmentados como la pintura o el esmalte son fáciles de identificar. Acabados como el aceite, cera o un sellador penetrante pueden determinarse por la falta de brillo en la superficie. Sin embargo, los acabados naturales como la goma laca, el barniz y la laca pueden ser difíciles de identificar a simple vista y pueden requerir algunos experimentos. Primero, aplica alcohol desnaturalizado en una pequeña área para probar la superficie. Si el acabado sale con el alcohol, quiere decir que es un recubrimiento de goma laca. Si se necesita un diluyente de laca para quitar el acabado, es laca y si ninguno de los productos sirve, probablemente se trate de un barniz.
3. Limpieza
En algunas ocasiones la restauración de muebles antiguos puede consistir en darle una buena limpieza a la pieza. Por ejemplo, si estás tratando con superficies de madera, ratán o mimbre, utiliza un limpiador de madera comercial a base de aceite para eliminar la suciedad. Si este limpiador no es suficiente, prueba con una mezcla de agua tibia y detergente líquido. Aplica la solución en un trapo y lava la superficie, cuidando no mojarla de más, para finalizar limpia con un trapo seco el exceso de agua.
Si ninguno de estos métodos funciona, puedes recurrir al uso de trementina, alcohol desnaturalizado o alcohol mineral. Usa un trapo áspero para aplicar y limpiar estas sustancias y de preferencia, hazlo en un lugar con buena ventilación.
4. Reamalgamar
Si estás tratando con piezas que tienen acabados que han sufrido de arañazos o tienen grietas, existe una forma fácil de repararlos conocido como reamalgamar, en el cual se utiliza un disolvente aplicado directamente a la superficie para pulirla. Primero, limpia la pieza usando alguna de las técnicas anteriores. Después, elije un disolvente; si la superficie es de laca utiliza un disolvente de barniz, si se trata de goma laca entonces utiliza alcohol desnaturalizado (el barniz normalmente no puede ser reamalgamado). Una vez identificado, aplica el disolvente a la superficie utilizando un cepillo de cerdas naturales. Conforme el disolvente se seca, primero se verá brillante y después apagado, eliminando todos los arañazos y grietas. Para darle brillo final a la pieza, lustra con ayuda de una lana de acero y aplica cera de pasta dura al final.
5. Desmontar
En el proceso de restauración se están quitando viejos acabados para aplicar nuevos. Antes de aplicar más capas de pintura, hay que aflojar las capas viejas para poder rasparlas y desmontarlas. Primero, aplica un separador de semi-pasta en, agregando más a las áreas donde el acabado es más difícil de quitar. Deja pasar de 5 a 20 minutos, dependiendo del grosor del acabado que estás tratando de quitar y luego raspa la superficie con un cuchillo de masilla o una herramienta de pelar. Recuerda ser paciente, ya que este paso puede requerir varias aplicaciones antes de retirar el acabado por completo.
Ya que hayas quitado el 95% del acabado, utiliza un stripper líquido de pintura para la última parte. Aplícalo con un cepillo de cerdas naturales y déjalo reposar por unos minutos. Utiliza una pieza de lana de acero para retirar el acabado de las esquinas y un cuchillo de masilla para el resto de la superficie.
6. Retoque
Ahora llegamos a la parte divertida: aplicar una nueva capa de pintura y acabado para darle a nuestra pieza un look nuevo y renovado. Primero, lija la pieza con papel de lija de 100-120 granos y luego limpia la superficie con una aspiradora y un pedazo de tela.
Usa un cepillo de cerdas naturales para aplicar la pintura, déjala reposar durante mínimo 5 minutos antes de limpiar el exceso con un trapo limpio. Aplica un sellador de lijado y déjalo reposar durante la noche para realizar un lijado mejorado al día siguiente. El segundo lijado se debe realizar con un papel de lija de 220 granos, antes de aplicar el acabado. Por último, utiliza una laca, barniz o poliuretano para proteger la madera y la pintura y darle brillo a la pieza.
La restauración de muebles antiguos es un proceso muy gratificante y divertido, darle un look completamente nuevo a tus piezas favoritas y a tu casa en general. Recuerda que la paciencia y el tiempo son herramientas clave. Muy pronto podrás encontrar en Tinkerlink expertos que realicen reparaciones por ti o bien, clientes que estén buscando tu experiencia para realizar este oficio.