La principal conclusión a la que se llegó durante esta reunión fue la necesidad de instaurar el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar. Una fecha para reivindicar sus derechos laborales, el reconocimiento de su trabajo y para lograr colocar su situación en la agenda pública, presionando para erradicar la discriminación sistémica a la cual están expuestas y para contrarrestar la indiferencia social.
El 16 de junio de 2011, la Conferencia Internacional del Trabajo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estableció como norma internacional “el trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores domésticos” bajo el Convenio 189. Este convenio ya ha sido ratificado por 13 países, entre ellos Bolivia, Ecuador, Argentina y Costa Rica. Sin embargo, su ratificación aún está pendiente en muchos países, entre ellos México.
En nuestro país, más de 2.4 millones de personas se dedican al empleo doméstico, de los cuales 9 de cada 10 son mujeres, en su mayoría de sectores indígenas o empobrecidos. Tres de cada cuatro reciben menos de dos salarios mínimos (67.29 pesos) como remuneración, nueve de cada diez no cuentan con un contrato laboral, la mitad trabaja más de 35 horas a la semana, el 76.1% carece de cualquier tipo de prestación laboral y menos del 4% cuenta con seguridad social.
Este día nace a raíz de esta realidad, con el objetivo de reglamentar una jornada laboral de ocho horas, el pago de horas extras, acceso a seguridad social, pensión para el retiro, salario y condiciones dignas, derecho a guarderías, aguinaldo y vacaciones pagadas. Pero, sobre todo, es un conjunto de esfuerzos para que la sociedad y el gobierno valore las labores domésticas, revertir la invisibilidad y total desvalorización de su trabajo. Luchar por la protección y el reconocimiento de los Derechos Humanos de las mujeres trabajadoras y garantizar la equidad y la justicia social en el ámbito laboral, ante la explotación, acoso sexual, y maltrato físico y verbal al que están expuestas.
Es indispensable que el gobierno mexicano ratifique el Convenio 189, garantizando la protección laboral mínima para las y los trabajadores domésticos en igualdad de condiciones con las demás personas trabajadoras. Acabar con las condiciones de esclavitud moderna y olvido. Presionar para que despierte la voluntad política, los responsables de legislar a favor de crear ambientes dignos para el desarrollo laboral de este sector y pelear por el reconocimiento de sus derechos constitucionales.
Este día nace de los esfuerzos de un gremio que durante años ha tenido que soportar precarias condiciones laborales, discriminación y la perpetua desvalorización de su trabajo. Si bien es labor de instituciones gubernamentales abogar por su protección y la protección de sus derechos fundamentales y constitucionales, todos tenemos una eterna responsabilidad hacia estas personas; reconocer su trabajo y valorar las horas y los sacrificios que estas personas han tenido que realizar para poder desempeñar sus labores. Está en manos de todos nosotros ayudar a dignificar a este enorme sector laboral de nuestro país.