Una historia de éxito de alguien que no dejó truncos sus sueños. Edgar Navarro, el atleta cuadripléjico que ganó las medallas de plata y bronce en los Juegos Paralímpicos De Río 2016.
A pesar de lo que muchas personas podrían llamar discapacidad, él vio potencial en sí mismo y tomó lo que tenía como capacidades extras que le ayudaron a triunfar. Conozcamos su historia hoy, en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
Después de sufrir un asalto, y salir herido con un balazo en el cuello, la vida de Edgar cambió radicalmente. Sí, ese día fue el último que sus piernas respondieron, pero él en vez de quedarse sentado de por vida, decidió tomar un nuevo camino donde podría explotar sus otras habilidades.
Así fue cómo comenzó su carrera deportiva, especializándose en las pruebas T51, que consiste en una carrera en la que se deberá cruzar la meta con la silla de ruedas. En ésta participan deportistas afectados en las extremidades tanto superiores como inferiores.
Tras un arduo trabajo de entrenamiento, acudió a los Juegos Paralímpicos de Sidney en el 2000 dónde llegó a la semifinal, al Campeonato Rivera y al Campeonato Abierto, ambos en Suiza durante 2003 y 2004, obteniendo 4 primeros lugares. También participó en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 quedando en primer y tercer lugar.
Para el 2007 ganó dos primeros lugares en el Parapanamericano de Colombia, también estuvo en primer lugar del Campeonato Mundial en Francia 2013, y por último se subió al podio por el tercer y segundo lugar en los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
Su accidente lo impulsó a llegar a la política para realizar un cambio en el lugar donde sucedió el asalto que cambió su vida.
Edgar Navarro es un claro ejemplo de que todo se puede, y es un día para felicitarlo por todo su esfuerzo.
Todas las personas merecemos una segunda oportunidad y hay que saber desarrollar nuestras habilidades para dar siempre lo mejor de nosotros.
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